LA TOMA DE DECISIONES
Las organizaciones también viven
cotidianamente movidas por decisiones que se suceden sin interrupción. Se decide
producir, vender, publicar, sostener a los empleados, acercarse a los clientes,
mantener cierto precio por sus servicios o incrementarlos, mejorar la calidad
de su gestión, etcétera. Hablar de decidir es hablar de nuestra capacidad para
marcarnos metas y objetivos y para elegir el camino que nos conduzca hasta
ellos.
Decidir es en parte cuestión de contar con
una buena técnica que nos permita acercarnos a las situaciones de la mejor
manera posible, valorarlas de la forma más realista y generar las alternativas
que más nos convengan.
A veces, las decisiones aparecen como una
manera de incrementar nuestra presencia, nuestro poder o nuestra simpatía.
Niveles
de decisión. Los pasos de la toma de decisiones
Dentro de una organización tradicional, los niveles
de decisión están estrechamente vinculados con los niveles jerárquicos de las
personas. Sin embargo, en las últimas décadas esta concepción ha ido cambiando
radicalmente, ya que se ha comprobado que las personas con mayor jerarquía no
necesariamente son las que conocen mejor los problemas operativos de las
organizaciones, ni las decisiones individuales son las más creativas y
eficaces.
Las decisiones tienden también a tomarse en
grupo, más que individualmente, pues el grupo puede enriquecer el proceso e
imprimir mayor energía y compromiso.
Los pasos que generalmente se siguen en la
toma de decisiones son:
1.
Determinar
cuál es el sistema sobre el que se pretende establecer una decisión.
2.
Determinar
quiénes serán idóneos para tomar las decisiones.
3.
Identificar
las opciones o alternativas.
4.
Identificar
los atributos u objetivos relevantes.
5.
Establecer
algún mecanismo de ponderación de dichas alternativas.
6.
Elegir
entre las alternativas aquella que mejor nos conduzca a los objetivos
propuestos.
7.
Verificar
el impacto de la decisión tomada para identificar los posibles ajustes que se
requiera instrumentar.
La toma
de decisiones lógica y la toma de decisiones emocional
Los sentimientos son indispensables para las
decisiones racionales, ya que nos dirigen hacia la dirección adecuada, donde la
lógica puede ser mejor utilizada.
La inteligencia emocional se basa en la
habilidad de la persona para identificar sus propios estados emocionales, en la
habilidad para manejarlos, para automotivarse, para reconocer emociones en los
demás y para establecer relaciones interpersonales. El desarrollo adecuado de
estas habilidades repercute favorablemente en la aptitud de la persona para
elegir consistentemente las mejores alternativas al momento de decidir.
Técnicas
para decidir
1.
Entrevistas
a expertos que son considerados como tales por su amplio o profundo
conocimiento sobre un tema en particular.
2.
Análisis
de tendencias.
3.
La
técnica Delphi (o Delfos), que consiste en presentar a un grupo de expertos las
posibles alternativas ante una situación determinada, sin que ellos tengan
acceso a comentar entre sí sus puntos de vista en relación con las
posibilidades de elección.
4.
La
técnica TKJ se emplea para detectar posibles causas de los problemas, así como
para proponer soluciones a los mismos.
5.
El
árbol de decisiones consiste en diagramar los eventos que se desencadenarían a
partir de cada una de las alternativas que consideramos para solucionar un
problema determinado.
Otros de los métodos que pueden emplearse
son: la jerarquización analítica, los diagramas de influencia, los análisis de sensibilidad,
los modelos probabilísticos, la simulación de impacto cruzado, el método de
Markowitz y los métodos de Fishburn.
Estilos
comunes en la toma de decisiones en las organizaciones
1)
Autoritario.
2)
Administración
participativa.
3)
Decisiones
por mayoría.
4)
Cabildeo.
5)
Consenso
o unanimidad.
6)
Concordancia.
Repercusiones
psicológicas de los diferentes estilos de la forma de decisiones
Los estilos de la toma de decisiones por
consenso y por concordancia se apoyan en los siguientes principios, los cuales
constituyen una base sólida para las creencias en torno a la capacidad de los
individuos para tomar decisiones:
1)
Todos
los individuos pueden elegir o decidir acerca de todo lo relacionado con su
vida y con su permanencia en una organización.
2)
Todos
los individuos tienen derecho a tomar decisiones, manteniendo la ética y el
bien común como guías.
3)
Quienes
no poseen la habilidad o los conocimientos necesarios para tomar decisiones
adecuadas, tienen el derecho de ser preparados.
4)
Los
individuos pueden desear la ayuda de otras personas de su elección.
5)
En
organizaciones en las que hay individuos con discapacidades intelectuales,
ellos pueden comunicar sus elecciones, deseos, gustos y desagrados en formas
diferentes.
6)
La
normalidad que regula la vida de la organización debe reconocer esta independencia
natural y dar un estatus y validación a las decisiones con soporte.
7)
Todos
los adultos tiene derecho a tomar decisiones con el apoyo de un sustituto.
8)
Las
decisiones en grupo son superiores a las individualidades comúnmente.
9)
Los
líderes son los responsables de que las decisiones sean tomadas a partir de análisis concienzudos.
El poder
de decidir
Cuando una persona es capaz de decidir sobre
un aspecto determinado de su entorno o de su vida, su autoestima crece hasta
proporcionarle una mayor seguridad acerca de su competencia, lo cual a su vez repercute
en tener una confianza mayor.
Una de las recomendaciones que debería seguir
cualquier directivo que desee una organización poderosa es permitir que las
decisiones sean tomadas en el nivel organizacional más bajo posible.
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